Los últimos kilómetros con curvas abiertas al borde del mar, la montaña al otro lado, en nuestro caso con el sol del atardecer sonriendo, resultan especiales.
Los últimos kilómetros con curvas abiertas al borde del mar, la montaña al otro lado, en nuestro caso con el sol del atardecer sonriendo, resultan especiales.