En Fontibre, donde nace el Ebro. Justo al lado, hay una pequeña y encantadora casita de piedra. Las habitaciones decoradas con amor por los dueños, que además conocen un montón de rutas desde aquí.

Además, por la noche, nos dejan guardar las motos en el patio lleno de flores, junto a las suyas 🙂

Ideal también para venir en invierno a reservar.

fontibre