Una de las más emblemáticas del Maestrazgo. Contrariamente a mis principios turísticos accedo a que nos acompañe una guía y como casi siempre en estos casos me doy cuenta de lo absurdos que son. No importa, como decía Groucho: tengo otros!
El caso es que además de la plaza nos enseña la iglesia contesta pacientemente y con conocimiento a todas las preguntas que le hacemos. Y se sabe multitud de anécdotas de este pueblo, entre ellas que es taurino, como casi toda la comarca, o que ninguna vieja cantaba, se referían a los cantos, las piedras viejas. Lo de que las rejas las fundían durante las guerras – junto con todo el metal que encontraban, es de cosecha «propia».
El ayuntamiento, recientemente renovado y donde ahora se celebran las bodas civiles. El techo es fenomenal, dan ganas de casarse allí (en el techo), pero el cuartito que servía de archivo y el reloj que han conseguido recuperar y que lucirá dentro de poco en la torre son lo mejor.