Emblemático lugar motero, con reliquias descansando sus llantas sobre la barandilla de la entrada y el mítico mantel con chuletón firmado por el mismísimo Forges debajo de los platos con suculentos huevos fritos, chorizo, longaniza, morcilla o lo que quieras a la brasa.
Tiene una agradable terraza sombreada en verano y aparcamiento para acoger a una concentra entera.
La ubicación es perfecta para acercarse a las trincheras de Alcubierre, las Cuevas de San Caprasio, el circuito de Zuera…