Mientras nos relajamos escuchando el correr del agua en la fuente y los trinos de los pajarillos en los árboles, nos empotramos un bocadillo de salchichas con pimientos de los que hacen historia y los habituales de Casa Mari nos ponen al tanto de las comidillas locales.
Nos invitan a degustar pata de cabra – en mi ignorancia me aseguro de que no es de las de los rebaños: se refieren a cabra montés. Fenomenal que los cazadores sólo tomen la cabeza de esta apreciada presa y se lleven sus puntos y dejen los manjares para otros, pero estaría bien que señalizaran dónde los han dejado!
Es sabido que cuando vienen los extranjeros a coger espárragos arrasan con todos. De hecho a estas alturas ya no hay. Pero espera: los que venían con bolsas cargadas de ellos eran todos del pueblo! Eso es previsión!