Hacemos noche en Gioiosa Ionica, porque me sonaba a química inorgánica, que siempre me gustó.
Pero ionica en realidad es jónica! Lo de los capiteles y los frisos y eso. De modo que a estas alturas empiezo a sospechar algo sobre la conexión greco-romana.
Con estos pensamientos, visitamos lo que queda de un íntimo teatrillo, la torre del Cavalieri y festejamos con un par de birras y un helado.
Una de las cosas buenas de viajar cuando no está todo lleno de gente es que los precios pueden llegar a ser mucho menos de la mitad que el máximo en la suite de la primera planta, con el sidecar adornando la entrada y la playa a unos metros.
Entre dos mares es todo muy húmedo, pero entre dos tierras el agua es cálida y tranquila.
Con un ojo en el parte meteorológico de la tele y el otro en eltiempo.es. (haremos caso al más favorable, como siempre), apunto en la libreta DE PAPEL, los lugares por los que vamos a pasar mañana por si acaso falla toda la tecnología (punto negativo: al final se acaba trabajando el doble). La ruta de mañana pasará por Paraíso, con la intención de atravesar la Sierra de Bruno:
Giardini de Gioiosa – Gioiosa – Martone – Paradiso – Fabrizia – Pietra Spadda – Sierra de San Bruno – Spádola – Simbario – San Nicola de Crissa – Capistrano – Monterrosso y Polia.
Desde aquí, ya que estamos, me gustaría ver Filadelfia, que junto con el Paraíso, es lo que más me motiva para mañana 🙂