Hay que volver allí, porque no se aprecia bien que desde el sur la silueta del castillo y la montaña forman un demonio perfecto. Con sus cuernos, barba de perilla y ojos diabólicos..

En cambio, visto desde el norte, n da ningún miedo y se ve perfectamente que es un castillo. De echo, se puede apreciar durante mucho rato porque es la única altura en varios kilómetros a la redonda.