En el Lago Baratz las raíces cruzaban el camino y amontonaban arena. Cada vez más estrecho, en un alarde de cordura, dimos por finalizada la aventurilla, no sin antes recorrer un buen trecho marcha atrás.
Mientras detienen a Julián, preguntamos sobre las leyes de pistas a dos carabinieri muy simpáticos. Uno de ellos se pone «el gorro bueno» para posar en la foto mientras el otro se lamenta de que no queremos fotografiarle porque es feo. Muy ricos! Posteriormente nos vamos cruzando con ellos en la carretera y saludando.