Tanto si has ido a por la mítica Estrella de Javalambre en invierno, como si vienes a observar las aves de la Laguna de Gallocanta en primavera, te pilla muy cerca para una excelente comida calentita en su artístico comedor o un aperitivo en su terraza con arroyo y ballena si el tiempo lo permite. Y si no, también te puedes quedar a dormir.