La historia del Monte Santo está contada al completo en la web de Villarluengo, pero básicamente ocurrió fue que justo antes de ajusticiar en la horca al inocente Juan Herrero, éste anunció que la Virgen se aparecería al cabo de unos años en en una loma cercana. Varios años más tarde, repletos de calamidades en forma de plagas, hambre y similares en el pueblo, la profecía se cumplió y una esquiva Virgen se apareció a un pastorcillo.

Posteriormente se construyó una ermita y un convento que los liberales en 1836 y 37 desalojaron y emplearon como prisión y alternaron su ocupación desde entonces con los carlistas, hasta que los primeros, en connivencia con las autoridades y muchos de los vecinos del pueblo lo incendiaron para evitar su ocupación en lo sucesivo.

Dos días y dos noches ardió el convento.