Un año más nos acercamos a la reunión Ural en Francia.
Acompañados por Manchi & Mª Ángeles. y Rosco, formamos un convoy de tres vehículos dispuestos a compartir unos días junto a otros felices propietarios de Urales con sidecar.
Desde Zaragoza nos separaban más de 700kms. del punto de la reunión. ¡Allá vamos!
El recorrido, trazado desde Zaragoza con el mayor mimo por Manchi, evitaba por supuesto las autopistas. Básicamente, nos dirigimos hacia Aínsa, cruzamos la frontera más allá de Bielsa y luego pasamos los puertos de Aragnouet y, girando al este, por el de Azet, comiendo después de rebasarlo, en el lago de Genós y encaminándonos aún a las curvas del puerto de Bourg D’Oeil.
Curvas y curvas. Al más antiguo estilo Penitentes. Como echar un pulso con gigantes, dice Rosco.
Ya avanzaba la noche cuando perdemos (temporalmente) el 33% de nuestros efectivos: una de las unidades pierde el grupo trasero, quedando inmovilizada a la espera de la grúa.
Una grúa no es plato de gusto nunca. Al final se decide que lo menos penoso es que Manchi & Co. vuelvan a la reunión después de recoger otro sidecar (esta vez una BMW) en Zaragoza. Los casi 1.500kms. extra no se tienen en cuenta. Así son los fieras.
Dos noches antes de llegar a la Reunión Ural Francia
Hicimos noche en un auténtico chateau en Saint Gaudens, con algunos detalles de decoración algo bizzarros
Y la siguiente en una casa decorada exquisitamente a espaldas de la iglesia en Thémerac.
Recorrimos los acogedores caminitos de la campiña francesa de Lot.
Es costumbre por algunas zonas advertir a los extranjeros con un cristo crucificado a la entrada de las aldeas.
Personalmente, parece más inspiradora la figura de la Vírgen con las manos en actitud acogedora.
Muy cerca del lugar donde se celebraba la reunión Ural, en Peyrat-le-Château, había un Museo de la Resistencia, que dejamos para la siguiente ocasión:
Desde que cruzamos los Pirineos, la gente habla francés 😉 Así que por fin llegamos a la:
Bujaleuf 2023 – 5ème Rencontre Européenne Ural-France
Y una vez allí, que hay? Pues, aparte de un montón de apasionados de sus máquinas -y las propias máquinas-, hay mucha innovación y desarrollo (mecánico y de otros tipos). Hay un mercadillo con productos de la tierra y merchandising de la marca. Hay una naturaleza que nos rodea, en un entorno maravilloso. Hay pan, vino y varios cerdos asándose al más puro estilo Asterix, y hay un cielo que cayó sobre nuestras cabezas, pero sólo por unos momentos. El resto del viaje, el sol nos acarició dulcemente con temperaturas de primavera.
La edición anterior de la Reunión Ural-France
La edición anterior no se celebró por el COVID, pero en 2019 nos acercamos a Saint-Nectaire: Un resumen de aquella ocasión.