Al oeste de Mosqueruela una pista muy corta que se desvía a la derecha desde la carretera que lleva a la Iglesuela del Cid y Villafranca termina en la Ermita de San Antonio.
Los mayores cuentan que las San Antoneras hacían sonar la campana los días de niebla cerrada para guiar de vuelta a los que se hubieran perdido.
En la actualidad queda aquí una preciosa vista del pueblo, las piedras que un día fueron la ermita, un panel solar adosado a lo que queda de torre en plan anacronismo brutal y el círculo de fuego para la hoguera con que se celebra la fiesta al santo.