Una ruta por Turquía en moto con sidecar: Operación Noé. De Éfeso a Antalya.
Antes de abandonar Éfeso, la biblioteca de Celso
Esta etapa de nuestra ruta por Turquía en Ural con sidecar empieza en Éfeso. Si bien me parecía natural que Turquía fuera Sumeria, no podía imaginarla TAN romana!! De toda la monumentalidad de la ciudad antigua de Éfeso, la parte más impactante para mí fue el techo de la librería de Celso.
A un par de kilómetros de aquí dejamos sin ver la última columna que queda de una de las 7 maravillas del mundo: El palacio de Artemisa (Ishtar). El templo que albergaba la estatua de las mil tetas de Astarté, donde nadie podía entrar a hacer daño a quien se hubiera refugiado.
Contrastes de las gasolineras:
Una cosa que admiré de las gasolineras turcas: Las gasolineras más limpias que conozco. Especialmente los aseos, donde absolutamente todo es contact-less.
Eso, aparte del precio por litro, claro.
Una cosa que me desconcertaba un poco de las gasolineras era la abundancia de burocracia para llenar el depósito: Apuntan la matrícula antes de surtir gasolina y te dan un papel al acabar. A este suman otro, que te dan al pagar y uno de ambos hay que devolverlo al operario.
Cambio de planes
Si bien en un principio la idea era llegar a Mármaris para tomar el ferry hacia Rodas, hacia la hora de la comida, nos da pena alejarnos aunque sea un día de la tierra que estamos descubriendo, que recapitulamos. Renunciamos a la breve incursión a territorio griego y decidimos quedarnos en Turquía. Nuestro objetivo es acelerar la llegada al este del país.
Rutas en Ural con sidecar por puertos, desfiladeros y parques naturales de Turquía.
Gran fortuna, ya que a medida que nos acercábamos a Mármaris, veíamos una columna de humo. Según nos acercábamos al mar – por la única autovía con curvas en Z que yo conozco -, la columna crecía en el cielo y se ensanchaba en la base. Giramos hacia el este y dejamos el incendio atrás. Nos enteraríamos más tarde del colosal incendio que se había prendido allí.
En la carretera que se desvía en Aydin hacia el sur está el puerto de Caramel. Un puerto precioso que llega a más de 1.300 metros.
Nuestra ruta en Ural con sidecar por Turquía continuó bordeando la costa hasta Fethiye, donde las tumbas excavadas en la pared recuerdan a las más famosas de Petra.
El interior está lleno de tomates, álamos, precioso. La carretera va bajando por un desfiladero impactante, brutalmente espectacular que atraviesa el parque nacional de Termessos nos deja en Antalya,
Final de la etapa en una ciudad grande: Antalya.
Antalya es otra ciudad enorme. Preside una de las curvas la cara del ex-líder Ataturk, esculpida en la pared a modo del Monte Rushmore, con cascada y todo. Las chicas por las calles lucen los labios operados.
Vamos recalculando la ruta de cada día a medida que nos va gustando cada vez más lo que vemos.
Hacemos noche en un hotel de la ciudad contratado con el móvil. Nos damos cuenta de que no es lo mismo estacionamiento, que parking, que garaje. Hoy el sidecar duerme tapando la entrada del garaje del hotel. Si bien, nos daba la impresión de que Turquía era un lugar muy, muy seguro.
Aparte del chorrito en el WC, la ausencia de sábana de arriba son costumbres diferentes. También lo es la flecha señalando a la Meca, que lógicamente se ve más en unos países que en otros.
Mañana un ferry nos llevaría a la otra orilla.