En la carretera de Caspe a Maella, a pocos kilómetros de la primera hay una desviación a la derecha hacia Miraflores. Una parada de autobús marca una bifurcación y a partir de ahí me perdí. Si, soy HappyRoadGirl, capaz de perderme ANTES del primer desvío. Aún así conseguimos encontrar el puente Masatrigos, una de las innumerables sorpresas que esconde esta zona.
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Pero no nos importa, porque el laberinto de sendas que llevan hacia las huertas irrigadas por la acequia medieval de Civán en esta zona, que comprende además Percuñar y Zaragoceta, es fascinante y esconde el Pozo de las Tortugas, el Salto de la Cierva, el mirador del Cinglo, el vado del Tío Tacos… volveremos. SEGURO!