He etiquetado este post dentro de la categoría «guerras», como si la mera existencia o cercanía de un arma pudiera asociar cualquier término u objeto a esta palabra. Para mi es así.
Y lo que pretendo destacar aquí es la sorpresa (no sólo mía sino también de gente con más criterio que yo) al encontrar en México algunas cosas como estas, y prácticamente un vehículo diferente para cada miembro de estas fuerzas que nos encontrábamos:
Igualmente peligrosos que los menores de 18 años, sean o no sean militares o policías, no entran:
Un convoy con vehículos marcados con los carteles «Precaución, coche escuela»:
Me recordaba a una cuádriga, a medio camino entre un seeway y un quad. La ciclista y su bici también eran parte de la policía turística:
La motillo de la policía turística. Me questa todo menos el cofre:
Las pick-ups atiborradas del equivalente a antidisturbios, prestas a sofocar la posible agitación ciudadana causada por el reciente y desgraciado incidente de los 43 normalistas desaparecidos:
Acompañaba a la comitiva esta moto, que no sé qué era:
De estos coches había un montón:
Cerca del Zócalo, un par de cuerpos humanos, correspondientes a dos Cuerpos diferentes, regulando el tráfico simultáneamente:
A la izquierda se aprecia la moto amarilla de uno de ellos:
Julián en una de las Harleys, pero no sé de qué pinche cuerpo era:
También está el avión:
Vimos además, aunque no hay foto (sorry): GSs 800 y 1.200 y VStrom, quads.
Y es que, englobados bajo los tres niveles de policía civil: Municipal, Estatal y Federal, se encuentran tantos cuerpos como días tiene el año (si no más): policía turística, bancaria, ganadera, protección ciudadana, federal ministerial, fiscal y aduanal, la policía rural, la cibernética, la que se autoproclama… Según parece, miles de cuerpos en los 37 estados que componen ese país, y eso sin contar con la privada.
TELA!!
