Mi más tierno homenaje a este animalillo que aún ahora hace más fácil la vida de millones de personas. Además del irremediable Platero, me acuerdo de otro similar, que aparecía en el libro de Leon Tolstoi, Historia de un caballo, y refreno una lágrima. A medida que avanza el asfalto y la gasolina, los burritos padecerán el mismo futuro que los de más al norte.